top of page
Hand-logo-web.png

Apoyo 24/7 para acompañarte con información confiable durante los primeros meses de tu bebé. Hand no reemplaza la consulta médica.

CAÍ, FLACA, CANSADA, ANSIOSA

La historia de Pili | SEMANA MUNDIAL DE LA SALUD MENTAL MATERNA


El 22 de julio de 2024 me quemé. Me levanté a la mañana con una sensación de vacío, de no entender ni saber nada, como si me hubiera cansado de haber sido sostén desde siempre y sentir que no sabía jugar ningún otro rol. Terapista intensiva de profesión, confidente de mis amigas cuando están mal, salvavidas frente a crisis familiares, todas posiciones que elegí dejándome de lado, dejando a Pili para después.


Hasta que un día no pude mirar más para el costado ¿Mi vida de qué se trataba? ¿Qué quería alcanzar? ¿Podía estar sintiendo ese vacío con una vida acomodada?


La maternidad lo cambia todo, y en mi caso todavía un poco más. Tuve miedos a flor de piel, sentí la ambigüedad del amor constante y el cansancio que no te deja pensar, puse piloto automático para sobreponerme a todo lo que en verdad necesitaba revisar. Mi autoexigencia hizo que me sobrecargara ¡Ah, pero siempre con una sonrisa! Conviviendo con pensamientos intrusivos, tolerando comentarios que no me gustaban, trabajando en un lugar que me hacía mal, haciendo guardias infinitas y sin dormir en toda la noche.


No me hacía cargo de que, tal vez, yo también podía estar necesitando ayuda.


“Pero Pili un día no pudo más con todo”.


Caí. Flaca, cansada y muy ansiosa, tuve que acomodarme para entenderme, para escucharme y sobre todo para perdonarme. Sentía culpa por mis pensamientos, por no ser sostén y por no poder estar para Delfi como ella se merecía.


Necesité tiempo, amigas, pareja, amor, terapia y mucha escucha. Me sirvió hablar, me sirvió mucho decir las cosas que pensaba.


Me pregunté varias veces si no me estaría volviendo loca. Me ayudó mi psicóloga y necesité un tiempo de psiquiatra. Imagínense cuando fui a la farmacia con mi receta indicada para ‘trastorno de ansiedad’. Tuve miedo y hasta un poco de vergüenza. Pero me entregué al proceso, entendí que no podía sola, me amigué con mis propios tabúes respecto a los trastornos de salud mental.


Tomé decisiones poniéndome en primer lugar, para cuidarme y resguardarme. Me entregué a HAND, a trabajar con amigxs, a estar siempre para mi hija y mi familia. Renuncié a mi trabajo, volví a hacer deporte, a disfrutar el sabor de las comidas, a darme tiempo para un cafecito caliente, a escuchar menos a los de afuera. Entendí que soy luz y sombra, una sombra que de a poco voy aprendiendo a abrazar para que el camino resulte más fácil. Entendí que de nada sirve querer esconderla, porque estas sombras también forman parte de la vida.


Me acuerdo cuando escuché por primera vez sobre depresión post parto y, aunque siempre fui muy cuidadosa con mis comentarios, no voy a mentir: me pareció un montón que una madre pudiera sentir rechazo por su bebé.


Muchos años más tarde, gracias a encontrar espacios y personas que no me juzgaron, estoy mejor. Por eso, les recomiendo a quienes están transitando momentos difíciles: hablen ¡no están solxs! Y a lxs que hoy les toca escuchar, no juzguen.


En HAND siempre encontrarás un lugar seguro, de escucha y contención.


Mirá la info completa en el POSTEO DE INSTAGRAM

 
 
bottom of page